Dicen que los muñecos que los chinos eligieron como mascotas de los Juegos Olímpicos de Beijing, son re pero re catrascas. Es más: hablan de «La maldición de los Fuwa» para asociaciar todos los males del mundo a estas pobres pequeñas bestias típicas de China.
A Yinying (antílope tibetano, patrono del atletismo), le echan la culpa de «las revueltas del Tibet» (???); a HuanHuan (el mismísimo fuejo olímpico) le imputan todos los quilombos que se armaron con la vuelta al mundo de la antorcha; al pobre JingJing (el panda) lo acusan de generar el terremoto que mató a quichicientos mil; a Beibei (pez vinculado a los deportes acuáticos), le encajan las nevadas zarpadas de principios de año; y a Nini (una golondrina que parece tener onda con la gimnasia), la relacionan con el accidente ferroviario de Shandong.
El tema, lo que verdaderamente nos importa, es que muchos de nuestros deportistas se estarían bajando de participar. Los cuises, por ejemplo, no quisieron saber nada y se tiraron al bombo en el preolímpico. Lo mismo habría ocurrido con el Gato Gaudio, Willy Coria y el Batata C$$$ (no lo nombro ni en pedo).
Nota de la redacción: Es bueno el apodo «Los cuises» no? Se me ocurrió recién.
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